Muhyiddin Ibn Arabi (1165-1240 d. C.)
Místico sufí, pensador y poeta, Muhammad Ibn Arabi es uno de los mayores maestros espirituales de todos los tiempos. Conocido como Muhyiddin (el Vivificador de la Religión) y al-Shayj al-Akbar (el Maestro Máximo), Ibn Arabi nació en 1165 en al-Andalus, un mundo de una extraordinaria prosperidad y de un fecundo intercambio de pensamiento mediterráneo, a través del cual se transmitieron las obras científicas y filosóficas más importantes de la antigüedad y de esos siglos al norte de Europa. El conocimiento espiritual de Ibn Arabi se manifestó a temprana edad. Fue célebre por ser un gran visionario, así como por ser un Maestro excepcional. Viajó mucho por el oriente y el occidente del mundo islámico y murió en Damasco en 1240.
Escribió en torno a 300 obras incluyendo Fusûs al-hikam (Los engarces de las sabidurías), una exposición del significado interior de la sabiduría de los profetas de tradición abrahámica, y al-Futûhât al-makkiyya (Las iluminaciones de La Meca), que es una enorme suma de conocimiento espiritual que une y distingue tres dominios: tradición, razón y develación o percepción mística. En su Dîwân y en Taryumân al-ashwâq (El intérprete de los deseos) también escribió algunos de los versos más exquisitos y profundos de la poesía en lengua árabe. Estos extensos escritos proporcionan una comprensiva exposición de la doctrina de la Unicidad del Ser, la realidad única e indivisible que transciende toda manifestación al tiempo que se manifiesta en todas las imágenes de la existencia. Ibn Arabi muestra cómo el Ser Humano, en su perfección, es la imagen completa de esta realidad, y cómo los que conocen realmente su propia esencia conocen a Dios.
Firmemente arraigada en el Corán, su obra es universal, proponiendo que cada persona tiene un camino único hacia la verdad, que une todos los caminos. Ibn Arabi ha influido profundamente en el desarrollo del Islam desde su época, así como en aspectos significativos de la filosofía y la literatura de Occidente. Su sabiduría tiene mucho que ofrecer al mundo moderno, particularmente con respecto a la comprensión de lo que significa ser humano.
Si el creyente entendiera el significado del dicho “el agua adopta el color de su recipiente”, admitiría la validez de todas las creencias y reconocería a Dios en toda forma y en cada objeto de fe.
Ibn Arabi, Fusûs al-hikam